Café
El gusto con ganas por el café empezó por mi madre, a quien se le ocurría hace 15 años que salir a la calle con la exclusiva intención de echarse una tasita de café era buena excusa para un paseo.
Por mucho tiempo los sábados saliendo del trabajo mi camino era a buscar café y un lugar con gente pero solitario. La maravilla de “coffehouses” en San Diego, donde nadie te pela a menos que desees platicar. Soñaba entre semana en mi trabajo traumante que fuera sábado, lo sencillo de desaparecerme por horas con revistas y libros y madre y media, viendo a la gente tranquila a mi alrededor, escuchando música que dejaba respirar. |
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Esto, "[e]n los cafés se mata el tiempo, se conspira sobre todo, se habla de lo que no se sabe, se murmura, se ríe y se llora. Según le vaya a cada cual." Es perfecto. Por lo menos le atina a dos tres cosas de porque tengo mi fijación con los cafés.
Llegue a considerar abrir uno en Tijuana, pero me recapacite al darme cuenta de que lo que yo queria de un cafe y lo que mas bien resultaria. Las dos cosas no eran para nada los mismo.
El caracter del café en Europa y en EEUU tambien es diferente y no puedo darle puntos de superioridad a los Europeos. El café aquí, los buenos que yo disfruto, parecen ser extensiones de mi casa.