De quedarse callada
Aug. 1st, 2009 10:54 amAl traer un montonal de pedos personales por aun enfrentar (deja ya de resolver) en lo que se refiere a racismo, colonización cultural, corajes intrafamiliares, ceguera y en general penosas metidas de pata, eso de hacer un post sobre
ibarw o Semana de Bloguear Contra el Racismo, es como rogar tomatazos. Pero bueno, le voy a picar un poco al asunto.
Hablar de racismo es algo que me aísla de las personas a mi alrededor, en veces encabrona (tanto a mi como a mi familia) y resulta por lo menos frustrante. Me digo que mejor callar para conservar la paz, pero en veces abro la boca cuando fregaderas racistas se acumulan alrededor de algo como el arresto de Henry L. Gates - fregaderas nacidas no tanto por los hechos, sino por las reacciones en la televisión* que mucho trate de evitar, pero al final fue un diluvio.
Gritos de que Obama es “racista”, el miedo de gente blanca mezclado con comentarios pendejos sobre el juicio de OJ Simpson (¿perdón? ¿OJ Simpson? ¿WTF?), afirmaciones ignorantes de que una persona que no le desea mal a gente de color, pues ya con eso le es imposible cometer actos racistas y en general confundir intenciones con acciones – ¡Ay!.
Yo se que traigo muchos problemas arraigados en mi autopercepción y como miro a otras personas y grupos, estereotipos que cargo, que me trague enteros por años, sin preguntarme que chingados estaba consumiendo. Por eso quisiera poder hablar de esto en mi vida fuera del internet, pero muchas veces hablar resulta en lagrimas. Me lo tomo personal, cuando siento como el desprecio de un miembro de mi familia hacia otro miembro de la misma se basa en que tan “prieto” esta. Peor, peor tantito madre, cuando los niños ven esto y lo aprenden igual como yo lo aprendí, esto de mirarse y medirse con vara ajena.
Es deprimente, verdad, pero al final de cuentas nunca he deseado regresar a mi previa ignorancia.
*Que termino en conversaciones en el trabajo y familia tan llenas de FAIL que fueron para jalarse de greñas.
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Hablar de racismo es algo que me aísla de las personas a mi alrededor, en veces encabrona (tanto a mi como a mi familia) y resulta por lo menos frustrante. Me digo que mejor callar para conservar la paz, pero en veces abro la boca cuando fregaderas racistas se acumulan alrededor de algo como el arresto de Henry L. Gates - fregaderas nacidas no tanto por los hechos, sino por las reacciones en la televisión* que mucho trate de evitar, pero al final fue un diluvio.
Gritos de que Obama es “racista”, el miedo de gente blanca mezclado con comentarios pendejos sobre el juicio de OJ Simpson (¿perdón? ¿OJ Simpson? ¿WTF?), afirmaciones ignorantes de que una persona que no le desea mal a gente de color, pues ya con eso le es imposible cometer actos racistas y en general confundir intenciones con acciones – ¡Ay!.
Yo se que traigo muchos problemas arraigados en mi autopercepción y como miro a otras personas y grupos, estereotipos que cargo, que me trague enteros por años, sin preguntarme que chingados estaba consumiendo. Por eso quisiera poder hablar de esto en mi vida fuera del internet, pero muchas veces hablar resulta en lagrimas. Me lo tomo personal, cuando siento como el desprecio de un miembro de mi familia hacia otro miembro de la misma se basa en que tan “prieto” esta. Peor, peor tantito madre, cuando los niños ven esto y lo aprenden igual como yo lo aprendí, esto de mirarse y medirse con vara ajena.
Es deprimente, verdad, pero al final de cuentas nunca he deseado regresar a mi previa ignorancia.
*Que termino en conversaciones en el trabajo y familia tan llenas de FAIL que fueron para jalarse de greñas.