De
obsesiones hobbies y el alma geek

Le pregunto a una persona
"¿Que te gusta?" y tal vez la pena no le permita confesar sobre su coleccion de discos, o monitos Star Wars, o libros de segunda, o lo que sea, pero pregunto con la esperanza de ver ese momento en que se iluminan los ojos con el amor hacia algo, que aunque yo no comparta me transmite. En
Sideways Miles (Paul Giamatti) es un geek enamorado del vino. Repito, al final de cuentas no importa cual es el interés, sino el amor palpable a algo con el que ha conectado, especialmente cuando Miles en el resto de su vida esta batallando o quiza nomas perdiendo.
El mejor amigo de Miles, Jack se va casar en una semana y decide pasearlo por algunos de sus lugares preferidos, restaurantes tranquilos donde sirven buen vino. Jack tiene otros planes. Si Miles es un hombre que conoce bien sus imperfecciones Jack es aun tan inmaduro que como un niño no puede comprender la ojetez de sus acciones. Increiblemente ambos, uno el eterno perdedor, el otro el adolecente eterno, son ... bueno, simpáticos. Y chistosos, muy, muy chistosos. Me reí con mucho cariño de las grandes metidas de pata que ambos cometen en esos últimos días de libertad para el playboyino Jack.
Tambien aprendí a gritar
"I'm not drinking any fucking merlot!!!"